El gobernador de Texas, Greg Abbott, busca construir un nuevo muro fronterizo entre México y ese estado del sur de Estados Unidos, retomando así la obra que emprendió el expresidente republicano Donald Trump y que frenó su sucesor, el demócrata Joe Biden.
Denunciando que la inmigración ilegal está "fuera de control" y anunciando una serie de medidas para reforzar los recursos policiales para la detención de migrantes, el gobernador republicano presentará la próxima semana su plan de construcción, según dijo el jueves en una rueda de prensa.
Sin embargo, existen dudas sobre la viabilidad del proyecto, ya que parte de los terrenos de la frontera son propiedad del gobierno federal o de particulares.
La construcción de un nuevo muro "antiinmigrantes" en la frontera de más de 3.000 kilómetros entre México y Estados Unidos fue una de las principales promesas de campaña de Trump para las elecciones presidenciales de 2016, con el argumento de que protegería al país de los indocumentados, los delincuentes y los narcotraficantes.
"Promesa hecha, promesa cumplida", aseguró la Casa Blanca en enero, durante la visita de Trump a Texas con motivo de la finalización de más de 700 km del muro.
De hecho, un tercio de la frontera ya tenía un muro o barrera antes de que él asumiera el cargo, y las obras bajo su mandato han consistido principalmente en mejoras o refuerzos de las estructuras existentes.
Las detenciones de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México alcanzaron en marzo su nivel más alto en 15 años, lo que aumenta la presión sobre Biden, señalado por los republicanos de restar importancia a la crisis migratoria.